13 jun 2014

La brillante historia de los diamantes Tiffany

Los diamantes de Tiffany, la joyería situada en la Quinta Avenida de Manhattan (Nueva York), se popularizaron como símbolo de la clase y del glamour a partir del estreno mundial del largometraje Desayuno con diamantes (Breakfast at Tiffany´s), la película, inspirada en el libro homónimo de Truman Capote, y protagonizado por Audrey Hepburn ( que lucía esplendorosa) y George Peppard. Pero, ¿cuál es su historia y quienes la crearon?

Sus orígenes se sitúan en torno al año 1837, cuando Charles Lewis Tiffany y su cuñado, John B. Young iniciaron su recorrido y fundaron una compañía dedicada a la venta de artículos de lujo y de papelería que bautizaron como Tiffany & Young. Con la llegada del otoño, estos emprendedores abrieron las puertas de su local sobre la calle Broadway, ya instituida como una de las más destacadas de la siempre glamorosa Nueva York. Aquel día, la caja recaudó la insólita suma de... ¡4,98 dólares!

En 1848, sería cuando Charles Lewis (apodado “El Rey de Diamantes”) diseñó el famoso anillo de compromiso con un diamante en el centro que recibe luz por todas sus caras. Más tarde, en 1853, la compañía paso en exclusiva a manos de Charles, que cambió su nombre por el de Tiffany & Co; y en 1887 adquirió los diamantes de la corona francesa. 

Tras su muerte, dejó un gran legado a su hijo Louis Comfort Tiffany, quien junto al diseñador George Paulding Farnham, tuvieron un rol decisivo a la hora de imponer la marca como sinónimo de elegancia. Con ellos la marca comenzó a cautivar al público en las principales exposiciones de joyas que se hacían a principios del siglo XX. No sólo creaban esos accesorios que toda mujer desea lucir, también diseñaban objetos para los hogares.

A finales del siglo XIX, la fortuna personal de Charles Lewis Tiffany ascendía a 11 millones de dólares y la firma tenía locales, entre Londres, París y Ginebra. En la década del 20, después de la Primera Guerra Mundial, los locales de Tiffany eran frecuentados por gente de la realeza y de la más alta clase social de muchos países. Sus diamantes eran los más codiciados.

Sin embargo, esta empresa no escapó de la crisis del 30. En enero de aquel año, en París, se vendieron tan sólo tres collares; balances similares tuvieron las otras tiendas.Con un mundo que veía los comienzos de la Segunda Guerra Mundial, en 1940 la firma llegó a la Quinta Avenida. Los medios de ese momento destacaban la luz que emanaba de los zafiros, las esmeraldas y los miles de piedras que podían observarse en ese nuevo espacio. Luego de Pearl Harbor, parte de la fábrica estadounidense de la empresa fue dedicada a la producción de elementos de guerra; pese a ello, la imagen de Tiffany siguió asociada a la moda.

Los años transcurrieron y llegó la explosión mediática. La carismática Audrey Hepburn se puso en la piel del personaje de Capote y ya nada fue igual. Este hecho terminó de posicionar a la marca de joyas como uno de los pilares del lujo del siglo XX.

Atraer, y mucho, ha sido siempre el secreto de Tiffany. Entre sus históricos clientes se cuentan Abraham Lincoln, Richard Burton y Liz Taylor, y ahora Madonna, John Travolta y Ronaldo que mueren por sus encantadoras propuestas. El cuidado por las formas, las más fascinantes piedras preciosas y la elegancia de los detalles sigue intacto.

Es desde entonces hasta nuestros días, el emblema del buen gusto y la elegancia que ha hecho suspirar a mujeres de todo el mundo y soñar con finales de película, sino que se lo pregunten a Holly Golightly (Audrey Hepburn en Breakfast at Tiffany’s).

Desde sus inicios, el color seleccionado, que patentaron posteriormente y que se convirtió en el símbolo de la firma, fue el color azul de la cáscara de los huevos de un pájaro llamado petirrojo azul o forget-me-not azul. Este color distintivo fue elegido debido a la popularidad de la turquesa en la joyería del siglo 19 ya que era el favorito de las novias victorianas, que a menudo daban a sus damas de honor, a modo de souvenir, un broche como recuerdo del día de la boda. Se cree que esta popularidad de la turquesa pudo haber motivado la elección del color.

Y el nombre con el que se conoce? Pues evidentemente Azul de Tiffany ( Tiffany blue) Pantone 1837 (corresponde al año de la fundación de Tiffany & Co.)

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