El macaron es un pastelillo redondo tradicional francés hecho con una pasta a base de almendra molida, azúcar glass y clara de huevo, crujiente por fuera y blando por dentro. Son pastelitos tipo sándwich hechos de dos galletas finas y una crema entre ambas.
Lo que muchos desconocen es que su verdadero origen proviene de Italia en el siglo VIII y posteriormente fue llevada a Francia por Catalina de Medicis al contraer matrimonio con el Duque de Orleans, futuro rey de Francia en el siglo XVII.
Creado en el año 1880 en el barrio parisino de Belleville, se dio a conocer al público gracias a dos establecimientos del Barrio Latino de París: el salón de té "Pons", que ahora ya no existe, y la famosa casa "Ladurée", que les daba un tono pastel u otro para diferenciarlos en función de su sabor. El macaron de dos caras relleno de crema fue inventado por esa pastelería, que también introdujo la noción de “macarons del tiempo” para referirse a aquellos que están a la venta durante los 3 meses de su fruta de temporada.
La receta que hoy ha llegado a nuestras manos es muestra de décadas de perfeccionamiento y fue Pierre Desfontaines, pastelero de Ladureé, quien por primera vez unió dos macarons con un ganache. Por ello otorgamos su origen al pastelero francés. Después Pierre Hermé modernizó y popularizó el macaron al realzarlo con diversos y originales sabores y colores. Pero esta tradición se ha expandido a todas las partes del mundo y podemos encontrarlos en: Londres, Nueva York, Tokio, Berlín…
Los macarons se hacen de una amplia variedad de sabores y colores, según la confitería que los elabore y la época del año; se conservan unos 3–5 días solamente, y deben mantenerse refrigerados. Se fabrican de muchos sabores: vainilla, chocolate, stracciatella, chocolate amargo, caramelo, avellana, champán, amaretto, castaña, mocha, canela, menta, limón, mandarina, pistacho o frambuesa, hasta rosa o granadina.
En mi último viaje a a Paris no pude dejar pasar la ocasión de ir a visitar la mítica y reconocida casa Ladurée (entrar en su web es una delicia visual) y francamente no fue ninguna decepción, cuando entras te envuelve una atmósfera de delicadeza y antigüedad, eso si decorada en tonos pastel. Esta casa sigue abierta hoy en día y tiene legiones de seguidores, que se desplazan a la casa parisina para degustar tan nobles bocados. Incluso los guionistas de una de mis series favoritas “gossip girl” hicieron que una de las protagonistas “Blair Waldorf” degustara estos espectaculares dulces en la temporada que se desarrollaba en Paris.
Como curiosidad comentar que los macarones desatan tal pasión en Francia que hasta las pastelerías compiten entre sí para ver quién presenta la receta más innovadora. Cada año hay un concurso para elegir los mejores macarones de París: Le Meilleur Macaron de París, un dulce cuyas ventas alcanzan las 12.000 unidades al día, con una recaudación de 4 millones al año.
Por tanto hablamos de una delicia que ha pasado de encontrarse sólo en la corte, a más personas pero manteniendo ese distintivo de exclusividad.
Madre mía hablando de estos dulces me dan ganas de saltar en el próximo avión a París a por ellos!
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