El Little Black Dress o vestidito negro, conocido en el mundo de la moda como LBD, por sus iniciales en inglés, es, como su nombre lo indica, un vestido corto que está considerado como la pieza más versátil del vestuario femenino, porque se puede usar en cualquier ocasión, cambiando solo los zapatos y los accesorios para complementarlo.
Su historia está rodeada de leyenda. Su origen se atribuye a la diseñadora francesa Coco Chanel, y se debe gracias a la publicación que hiciera en 1926 la revista American Vogue de una ilustración con un diseño de Mademoiselle Chanel, una pieza elegante, sencilla, de mangas largas y angostas; acompañadas de un sombrero y collar de perlas. A dicho vestido se le denominó Chanel Ford Dress. En aquella época las mujeres solamente se vestían de negro cuando guardaban luto. Chanel, diseñó un vestido simple y elegante en ese color que pudiera usarse por el día, con una chaqueta y zapatos cerrados, y de noche con joyería y accesorios más elegantes, y accesible para las mujeres de todas las clases sociales.
Con esta creación lo que pretendía era que el vestido tuviera las características de: simple, moderno, elegante y sobre todo muy funcional En su inicio la prenda recibió alabanzas pero también críticas, ya que el negro no era un color habitual, destinado a funerales, clérigos y funcionarios y no a la ropa femenina.El LBD fue inspirado en la vestimenta de luto de las campesinas en los pueblos franceses en las primeras décadas de 1900. Poco a poco el color negro fue tomando un lugar importante en la moda de la época, a tal punto que las marcas creían que toda mujer inteligente debía tener un vestido negro. Sumado a ésto, Coco Chanel mencionó: “Uno nunca está por encima ni por debajo de un pequeño vestido negro”.
Dicho vestido de crepe negro fue bautizado por la publicación como el primer “Ford de Chanel”, en referencia al coche Ford negro, porque ambos eran asequibles para todos los públicos y por ser el primer vestido producido en masa. Nadie antes había osado convertir el color del luto en sinónimo de sofisticación y elegancia.
Vogue vaticinó por ese entonces que el LBD se convertiría en "una especie de uniforme para todas las mujeres de gusto”, y en 1944 Vogue sentenció “diez mujeres sobre diez tienen uno, pero diez mujeres sobre diez quieren otro”.
Más tarde en 1961, Audrey Hepburn representó al nuevo glamour de la posguerra de la LBD y fue la encargada de hacer historia en el mundo de la moda al lucir un vestido del maestro Hubert de Givenchy en la famosa película Breakfast at Tiffany’s. Dicho traje se convirtió en todo un icono, complementado con guantes largos, perlas y lentes oscuros; él era el reflejo de una mujer fabulosa y con clase. Sin duda alguna el famoso Little Black Dress (LBD) o Petit robe noir, como lo llaman los franceses forma todavía hoy en día parte de todos los desfiles de moda de los grandes diseñadores.
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